Como su hermano Apolo, Ártemis tenía un carro con caballos, al que subía cada noche para hacer aparecer a la luna. Una noche vio a un pastor dormido, que se llamaba Endimión. Ártemis se enamoró de él, por lo que bajó de su carro y le dio un beso.
Endimión se despertó y vio a la diosa. Ártemis salió corriendo y Endimión creyó que todo había sido un sueño.
Endimión se despertó y vio a la diosa. Ártemis salió corriendo y Endimión creyó que todo había sido un sueño.
Después de algún tiempo, Ártemis le hizo dormir eternamente y lo llevó al Monte Latmo. La diosa lo visitaba cada noche.
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